Singapur acaba de lanzar la primera prisión flotante construida con propósito del mundo - una instalación de alta tecnología anclada a 500 metros de la costa que está redefiniendo el futuro del encarcelamiento.

Diseñada para albergar a más de 2000 reclusos, la prisión flotante está equipada con vigilancia de IA, seguridad biométrica, patrullas robóticas y sin barras tradicionales - solo límites digitales geofenzados.

Más que sólo el confinamiento, la estructura también se centra en la educación, la capacitación y la rehabilitación, con el objetivo de reintegrar a los reclusos en la sociedad con dignidad y propósito. Mientras las naciones con escasez de tierra exploran infraestructura innovadora, Singapur está una vez más a la cabeza, esta vez en el agua.